Apuntes publicados por Fultena de la Licenciada Karina Donato y Roberto Cánepa
La Violencia: Aspectos, perspectivas y florales
Imaginemos que en nuestra mano tenemos un zoom con el que vamos a enfocar el tema de la violencia.
Lo vamos acerando en la medida que nos lo permita la herramienta. Lo primero que vemos es el planeta.
La violencia ejercida sobre nuestro planeta es extrema: tala de árboles indiscriminada, miles de especies
corriendo peligro de extinción, aguas contaminadas, y la lista podría continuar. Luego acercamos un
poco más el zoom y nos encontramos con el país con su realidad político-social específica. Un poco más
y encontramos al barrio o a la ciudad con su “cultura”. Dentro del barrio, las escuelas e instituciones cuya
función es educar, recrear, etc. Luego acercamos más el zoom y vemos a la familia y dentro de la familia
a la pareja, los hijos, los ancianos, hasta acercarnos al máximo y ver a la persona.
Como puede apreciarse abarcar este tema en su totalidad es tan complejo como extenso, por lo que hoy
tocaremos algunos de los tantos niveles vinculados con la violencia.
Hacia una definición
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define a la violencia como “uso deliberado de la fuerza física o
el poder, ya sea en grado de amenaza o efectivo, contra uno mismo, otra persona o un grupo o comunidad,
que cause o tenga muchas posibilidades de causar lesiones, muerte, daños psicológicos, trastornos
del desarrollo o privaciones”
Esta definición reconoce la violencia tanto en el plano físico como en el psicológico. Por otro lado tiene en
cuenta por lo menos tres categorías en las que se puede presentar:
• La violencia hacia uno mismo (conductas autolesivas y parasuicidas)
• La violencia interpersonal
• La violencia social
En las diversas formas de violencia interpersonal podremos encontrar varios factores que posibilitan la violencia
tanto en las víctimas como en los agresores. Si bien puede llegar a consulta la persona que agrede
es mucho más frecuente que quien haga el pedido de ayuda sea la persona que padece la violencia.
Materia y Contenidos: Violencia y Flores de bach
Actuar en la emergencia
En el momento en el que la persona está siendo víctima de violencia es sumamente importante ser rápidos
con nuestra ayuda. No hay tiempo para evaluar el por qué de la situación ni cómo es que la persona
llegó a ese punto, ya que puede estar corriendo peligro la vida de la víctima. Lo más importante es que pueda
salir físicamente del lugar en el que se encuentra. Para esto contamos con teléfonos que funcionan las
24 hs del día: 012, válido para cualquier punto de España y donde redirigen en función del caso.
Desde lo floral y como en toda situación de emergencia y shock potencialmente traumático podemos
auxiliarla con Rescue Remedy y Rock Rose si se encuentra en un estado paralizante de terror. En este
sentido lo que necesita la persona es coraje y determinación para salir (literalmente) del lugar en el que
se encuentra.
Después de la emergencia
Ahora si es el momento de pensar en el por qué, para qué y cómo
En este sentido los invito a que juntos reflexionemos pero para esto vamos a crear el escenario: Vamos
a construir un personaje que va a llegar a nuestra consulta floral a pedir ayuda.
Cada uno de ustedes puede colocarle un nombre y pensar en su aspecto físico y de aquí en más cuando
digamos la persona ustedes pueden pensar en Ana, Juana, Manuel, Pedro….
Yo tomaré prestado el nombre de Pilar de la película “Te doy mis ojos” (España, 2003).
En primer lugar vamos a escuchar el motivo de consulta de la persona que llega, qué me dice y cómo me
lo dice. La vamos a escuchar haciendo uso de la “epojé”, esto significa que necesito dejar entre paréntesis,
en suspenso mis juicios de valor (todos tenemos pre-conceptos que se relacionan con lo cultural, lo
social, lo ideológico, lo sexual).
En muchos casos el motivo de consulta es desde el principio la violencia pero otras veces el motivo puede
ser que la persona se encuentra triste, tiene su ánimo decaído, está apática, enojada, etc Aquí trabajaremos
con las emociones que están en la superficie y las flores adecuadas para el estado emocional.
Luego irán apareciendo otras que traen consigo la verdad que la persona tiene para contarme.
Su verdad tiene que ver con una historia de vida. con una familia, con una ciudad y un país.
El Genograma
En este sentido el GENOGRAMA es una herramienta sumamente útil ya que podemos ver diagramadas
hasta tres generaciones. Podremos ver los siguientes datos:
• Cualidades y características
• Edades
• Enfermedades
• Origen étnico
• Profesiones
• Trabajos
• Muertes
• Abortos
• Patrones de violencia
Genograma de Pilar y Antonio
Esta herramienta es reveladora ya que le permite a la persona tomar conciencia de que por ejemplo la
violencia ha estado presente en otros integrantes de la familia autoperpetuandose y que ha sido una
forma de interactuar aprendida y repetida, como si una generación no hubiera aprendido de los errores
de la generación anterior (al estilo Chestnut Bud).
Escena del cumpleaños de Juan
John (novio de Ana) Esta mirando una foto del padre de Ana y Pilar y dice: “Que lástima que no está con
nosotros”.
– Madre de Pilar: Era un hombre excepcional
– Pilar: No pensarías o mismo si lo hubieras conocido
– Madre de Piar: Bueno era un hombre…no le gustaban los festejos ni las algarabías.
Puede suceder que cuando alguien tome conciencia de esta repetición sienta desánimo frente a la posibilidad
de que nada cambie, ya que así ha sido generación tras generación en cuyo caso Gorse sería muy
adecuada para que la persona vuelva a tener la esperanza necesaria para enfrentar el cambio (Walnut)
Pilar posiblemente pregunte: ¿Por qué me pasa esto? ¿Por qué soporto a una persona violenta?
Y en realidad la pregunta clave no es “por qué”, sino “para qué”. Todos los seres humanos necesitamos
reconocimiento, caricias. Estas caricias no son solo físicas; una palabra de amor es una “caricia al alma”
Un abrazo es una caricia física. Hasta aquí todas las caricias descriptas son positivas, nutritivas, me permiten
cons-truir mi identidad, mi valía personal, mi ser. Recordemos que entendemos la caricia como un
reconocimiento, como una manera de decir “reconozco que estas ahí”. Por lo tanto y bajo esta lógica
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hay maneras negativas de reconocer que el otro está ahí. Un insulto, una burla, un golpe es una caricia
negativa inadecuada pero por lo menos el otro sabe que estoy.
Por lo tanto si retomamos el para qué de la violencia: podríamos decir que es para recibir reconocimiento.
La persona aprendió que esta es la manera en que es reconocido. El reconocimiento le confirma su lugar
en el mundo, su rol. Si en la familia recibió abundantes caricias positivas y adecuadas (existen caricias
positivas inadecuadas y caricias negativas adecuadas, pero exceden la extensión del trabajo que presento
hoy), su rol será saludable y pleno. En cambio si tuvo una fuente de caricias negativas e inadecuadas (golpes,
gritos, insultos, agravios, humillaciones) su rol podrá ser de sumisión y humillación, un lugar encerrado
y pobre. También puede resolverse en el polo contrario, en donde desempeñará un rol agresivo, de
mal trato, pero no de menor pobreza emocional. Antonio (pareja de Pilar) tiene este lugar de sometido
en relación al hermano oportunista, inteligente, mientras que con Pilar desempeña un papel de poder,
dominación y control a través de la agresión física y psicológica. Por su parte Pilar ha recibido el mandato
de que ”la mujer nunca debe estar sola, la mujer se sacrifica por su hombre y lo tolera todo, así debe ser”.
Ambos roles se complementan.
Comenzamos entonces a trabajar las emociones que van surgiendo. Puede aparecer el enojo para con
quienes le transmitieron a Pilar esta manera de relacionarse. Holly puede ser de gran ayuda en este momento.
Tambien puede suceder que la persona quiera negar este descubrimiento restándole importancia
al estilo Agrimony. Puede aparecer la culpa: por mi culpa él o ella es agresivo conmigo, si yo hiciera las
cosas de otra manera entonces seguro él o ella cambiaría. En este sentido podemos estudiar los florales
Crab Apple o Pine.
También puede surgirle la idea de que si fuera “más”: más limpia, más inteligente, más ordenada, más
cariñosa, más comprensiva, entonces él o ella no sería violento. Aquí podemos utilizar diferentes flores
de acuerdo al contexto: puede haber un sentimiento de no ser suficientemente capaz al estilo Larch,
puede ocurrir que la persona se sienta imperfecta al estilo Crab Apple, o que sienta que debe seguir a
pesar de todo como el Oak.
Continuamos avanzando en las consultas y de repente sentimos que todo vuelve a cero. ¿Qué pasó?
Lo que sucedió se llama “el círculo”: ¿Qué es esto? El círculo de la violencia está conformado por
fases reconocibles. Pilar, en otra escena, al describir un cuadro dice lo siguiente: “Los colores son
como las notas y se repiten como en una melodía, si podemos escucharlos también los sentiremos:
el verde es el equilibrio, el azul profundidad, el blanco no suena, no duele, el violeta es el miedo…”
Las Fases del Círculo de la Violencia
• Fase de acumulación de tensión: “El cielo se llena de nubes” En esta fase el agresor se enoja,
amenaza, culpa al otro de su “mal humor”. El receptor de la tensión trata de complacer al otro para que
se calme, no hace cosas que pueda enojar al otro o bien se niega a complacer y aumenta la tensión.
• Fase de explosión: “La tormenta”. Es la fase más corta pero la más peligrosa. Puede incluir violencia
física golpes, patadas, empujones, rasguños) violencia psicológica como insultos, humillaciones, avergonzar
al otro, descalificaciones, críticas destructivas que apuntan al ser de la persona a su esencia (no sos
nada, no servís para nada, sos inútil, etc) Estos ataques a la esencia de la persona son sumamente dañinos
y pueden levar a la víctima a una profunda depresión, intentos de suicidio, trastornos psicosomáticos,
etc. Este es el motivo por el cual las situaciones de violencia nunca deben trabajarse en soledad. Es
necesario que de manera interdisciplinaria trabajemos con Psicólogos, médicos, psiquiatras, practitioners,
porque cada uno desde su lugar de incumbencia aportará conocimiento para ayudar a la persona en su
complejidad.
En esta fase es probablemente el momento en el que la persona pide ayuda. Porque siente miedo
(Mimulus, Aspen, Rock Rose). Esta enojada (Holly). Puede sentirse desorientada (Wild Oat) Puede
preguntarse con resentimiento por qué a mi (Willow).
Puede sentirse sola y aislada, porque es importante tener en cuenta que las personalidades violentas
van a tratar de que la víctima se aisle y quede totalmente dependiente, tanto en lo material como en lo
emocional. Aquí puede pensarse en diferentes causas para esta dependencia: por miedo a no ser capaz
de salir adelante sola (Larch), por sometimiento (Centaury), por lástima hacia sí misma (Willow). Por
otro lado, dado que la violencia en general es sostenida en el tiempo la víctima ha ido perdiendo su propia
identidad, es posible que no sepa qué hacer porque perdió la confianza en su propia intuición, en su
“saber” (Cerato).
• Fase de Reconciliación: Pero luego de la tormenta viene la “calma”, la fase de reconciliación. El
agresor dice estar arrepentido y promete que no lo volverá a hacer, hace regalos, colma de elogios al otro,
le pide disculpas llorando y la persona agredida vuelve a tener esperanzas en el cambio.
– Antonio: Te voy a sorprender, voy a cambiar, yo sin ti no puedo vivir, sin ti no puedo nada no soy nada.
Pero tienes que ayudarme, tienes que volver conmigo (Chicory).
– Pilar: Pero tienes que cambiar de verdad Antonio.
Aquí ella dice “esta vez va a cambiar” Al estilo Agrimony niega la realidad interna, niega las cicatrices
y decide continuar una vez más (Oak). Pilar le dice a su marido, luego de haber hecho el amor en la reconciliación
“Pide lo que quieras, lo que quieras te lo doy”. El le responde…“todo, lo quiero todo”.
Aquí es donde el proceso vuelve a cero y es posible que la persona abandone el tratamiento. Pero como se trata de un círculo, la dinámica pasará una y otra vez por el mismo lugar hasta que uno de los dos
pueda cortar ese círculo y salir.
A la persona agredida no le resulta fácil salir del círculo porque hay muchos factores en acción:
• La historia personal (vimos una primera aproximación con la herramienta del Genograma)
• Baja valoración personal: esta se fue minando con las reiteradas agresiones a la esencia de la
persona) Larch.
• Miedo (Mimulus). Pánico, terror (Rock Rose)
• No tener a donde ir (físicamente)
• Sentimientos de Culpa (Pine)
• Dependencia económica y emocional.
• Escaso apoyo familiar. Recordemos que muchas veces las familias desestiman la gravedad porque
resulta ser “más de lo mismo”, es decir resulta algo “normal” para el marco de referencia de la familia. En
la película, la hermana de Pilar dice “Cuando una mujer sale corriendo a la madrugada de su casa antes
de que vuelva su marido es para plantearse si no estaría mejor sola”; y la madre le responde: “Una mujer
nunca esta mejor sola”.
Otras veces es un “secreto” La víctima no se anima a contar lo que le sucede porque se siente indigna,
dañada, sucia (Crab Apple)
En definitiva se trata de que la víctima de violencia vuelva a encontrarse a sí misma, “recupere sus ojos”
aquí como metáfora de su autonomía. Cuando se descubre puede decir, como lo expresa Pilar en la última
escena de violencia: “lo has roto todo”. Es ahí cuando logra salir del círculo, al ponerle palabras al dolor,
integrando lo traumático a su vida (Star of Bethlehem) y continuar evolucionando.
El agresor, por su parte, tiene una enorme dificultad para controlar sus impulsos (Cherry Plum). Son
personalidades impulsivas, controladoras, manipuladoras (Chicory), muchas veces seductoras. A diferencia
de lo que sucede con la catarsis, que permite descargar la emoción y luego sentirse aliviado, en la
violencia hay una descarga que “recarga la emoción”. Con lo cual el agresor nunca se sentirá aliviado, la
ira recarga la ira, la frustración.
A veces resulta difícil recordar que el agresor fue víctima de alguien más. Si pudiera llegar a contactarse
con su niño herido de muerte y rescatarlo de las sombras, entonces es posible que algo pueda hacerse.
¿Y cuando me agredo a mí misma?
Hasta ahora hemos visto como en un escenario a dos actores: al agresor, violento y la víctima de la violencia.
Pero damos un paso más (recuerden el zoom) y nos centramos en la persona: en mí o en vos.
¿Qué pasa cuando el agresor esta dentro mío? Desde muy chicos (aproximadamente a los 5 o 6 años)
comienzan a grabarse en nosotros los mensajes que nos van dando nuestras personas significativas,
todos los mensajes, los buenos y alentadores y los malos. “Sos hermosa”, “sos inteligente”, “sos buena”,
“si querés podés”. y los destructivos: “no servís para nada”, “sola no vas a poder”, “sos igual de antipática
que la familia de tu padre”, “mujer tenías que ser” y tantos otros. Con el tiempo vamos olvidándolos
pero quedan funcionando en las sombras. Generalmente no son conscientes y se activan en momentos
que resultan un desafío para nosotros, o en aquellas situaciones que deberían darnos placer, y sin saber
por qué, nos deprimimos o nos sentimos culpables. En el mejor de los casos podemos “escuchar” estas
creencias y cuestionarlas. Pero otras tantas veces sólo vemos el resultado de tenerlas: nos va mal en la
pareja, nunca nos sale ese proyecto que tanto anhelamos, siempre que voy a dar un examen llego tarde
o pierdo a voz, etc. Debajo de estas creencias hay emociones, por ejemplo:
• miedo a no ser capaz (larch)
• enojo (holly)
• frustración por sentirse perdido (wild oat)
• cansancio por intentarlo una y otra vez si importar nada (oak)
Todas estas creencias negativas sobre nosotros mismos son una manera silenciosa pero sumamente eficaz
de agredirnos, de ejercer violencia sobre nosotros.
Para aprovechar al máximo este apunte, les recomiendo ver la película “Te Doy Mis Ojos” (España, 2003),
y releerlo al finalizar, tal vez en una discusión grupal (no violenta) con compañeros de trabajo o estudio.
Puedes ver la publicación completa aquí
Puedes consultar con una terapéuta experta en flores de Bach aquí